Las marchas oxidadas de un viejo tren comienzan a arrancar hasta acelerarse al compás de mi respiración. Dentro, viajeros que se agolpan ansiosos por llegar y terminar lo que minutos atrás comenzaron. Al final, el tren muere y echa su última bocanada de humo impoluto entre los muelles abiertos de una vieja estación.
[…un deseo por sentir en el que grito hasta perder la conciencia.]
1 comentarios:
amigo, kuánta razón tienes!! y kuánta sutileza, eso tb!!
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